La mañana del 21
de Mayo de 2010, el día se presentó brumoso, con
amenaza de lluvia. Pese a ello, todos estuvimos
presentes en las celebraciones del Bicentenario
de la Revolución de Mayo.
Ya desde temprano,
el nerviosismo, la ansiedad y la alegría se
palpaba en el aire.
Todos estábamos
seguros que este sería sin dudas, una mañana muy
especial.
|