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Primaria |
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Primer día
de Clases |
Visita de Hernán Schulz, papá del
Colegio
Las chicas de 4º B
estuvieron estudiando “Las Ciencias
Naturales y el trabajo de los
científicos”. Dentro de este marco
nos visitó Hernán Schulz, papá de
Cathy, Josefina y Max.
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Semana Santa y Pascua
Todos los chicos de
jardín se reunieron para celebrar la
fiesta más importante para los
Cristianos.
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Vía Crucis
en 1° y 2° Ciclo
Primaria
Como todos los años, cada Martes
Santo, acompañamos a Jesús en su
Pasión, rezando el Vía Crucis
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Vía
Crucis en Secundaria y PM
Así rezaron los chicos
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Secundaria |
¿Por qué nos cuesta tanto
poner límites? |
Nos cuesta poner
límites porque el límite no es
un problema intelectual sino que
es un problema afectivo. Todos
estamos de acuerdo en que son
necesarios, muchos podríamos
hablar y escribir sobre este
tema, el problema surge cuando
en concreto tenemos que poner un
límite a un hijo nuestro. En
esos momentos, a veces, se
produce un corte entre lo que o
pensamos y decimos con lo que
terminamos haciendo: se nos
salta el disyuntor y nos
quedamos sin energía.
Porque nos pasa
esto, por distintas razones:
-
Por que
tenemos miedo a perder el
cariño de nuestro hijo, que
se enoje, que nos diga que
nos odia. Esto es algo que
debemos estar dispuestos a
enfrentar, a sacrificar el
amor que el nos tiene en pro
de su formación y desarrollo
-
Por que
tenemos memoria de modelos
autoritarios que padecimos o
padecemos de nuestros
progenitores y no los
queremos repetir. Por esto
generamos una relación de
simetría con nuestros hijos,
queremos ser sus amigos.
Ellos ya tienen sus amigos,
necesitan de nosotros que
seamos padres con todo lo
que ello lleva consigo.
-
Por que no
queremos que se frustren, se
angustien o sufran. No
queremos privarlos de algo
que esperan. Hay padres que
no desean exponer a su hijo
a que no reciba algo que
esperaba, Ej.: ir a una
reunión, partido, salida,
acto o realizar una compra o
hacer un gasto etc. A veces
por protegerlos de una
frustración presente les
legamos una frustración
mayor en el futuro
Entonces por
miedo, por memoria de modelos
autoritarios pasados o para
evitar frustraciones, dejamos e
poner límites o los corremos: la
próxima vez, o anulamos sus
consecuencias responsabilizando
a terceros del “fracaso” del
hijo: amigos, maestros
compañeros, etc.
Y que sucede, lo
que decíamos antes: impedimos su
mejora personal en la formación
de virtudes humanas, lo alejamos
de la realidad, de la verdad,
generamos hijos caprichosos, en
fin les dejamos en herencia una
frustración muchos más grandes
que la que hubiera vivido si le
hubiéramos puesto el límite
correcto en el momento oportuno.
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