El 7 de agosto fue sin dudas,
un sábado muy especial. Los docentes de
secundaria nos reunimos a la espera de una
jornada de trabajo que prometía.
Las actividades giraron en
torno de la motivación y la vocación.
Alumnos motivados…docentes con vocación…¿o
será al revés? El disparador: fragmentos de
la película “The Ron Clark Story”.
La devolución y el debate
posterior que siguieron, generaron un rico
espacio de reflexión en donde la emoción se
mezcló con la alegría al sentir que formamos
parte de un equipo docente fortalecido y por
sobretodo, preocupados por dar lo mejor. El
desafío que debemos sortear día a día al
frente de la clase, no es solo producto de
una realidad que nos atraviesa como sociedad
y que, afecta sin dudas a la comunidad en su
totalidad; el reto más grande es conseguir
(así sea en una proporción “así…de
chiquita”) que los ojos de nuestros alumnos
se iluminen, que despertemos el sabor y el
placer que produce el conocimiento en sí
mismo (no solo se estudia por la nota!!!)
Si conseguimos eso…podemos
decir ¡misión cumplida!
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