Notas Técnicas

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Aprender a perder

 

Aprender a perder 

En la sociedad actual, muchas veces, el error es considerado un fracaso y no una posibilidad de aprendizaje.

A ningún chico le gusta perder y esto influye en el desarrollo de la capacidad de intercambiar, de sostener y entender que a veces se puede ganar y otras no.

Aprender que lo que se desea o quiere no siempre se obtendrá, permite el desarrollo de la tolerancia a la frustración,  necesaria y de gran importancia para la vida adulta. 

No hay momento en la infancia que no pase por el juego. El juego es el lenguaje que posee el niño para expresar sus sentimientos, fantasías, conflictos, su forma de captar y  transformar la realidad que le permite resolver situaciones conflictivas de la vida cotidiana. Además aprende a conocerse a sí mismo, a los demás y al mundo que lo rodea.

El juego debe ser placentero, si deja de serlo no cumple con su función más simple que es la alegría por jugar y el desarrollo de la confianza en sí mismo. Ese placer por el juego se transformará, con el tiempo, en placer por aprender y , en el mundo adulto, en placer por trabajar. 

Como adultos deberíamos: 

  • Favorecer la aceptación del error como facilitador de aprendizajes.

  • Transmitir a los chicos el placer por jugar y mostrarles que "perder" es una de las posibilidades que ofrece el juego.

  • Mostrar que la rivalidad en el juego también es una fuente de aprendizaje, en lo que respecta a valores sobre todo de respeto por el otro. Si bien a los chicos les encanta ganar y a veces se los deja ganar, ésto no está mal, pero no debe ser una regla. Es importante ganarles honestamente enseñándoles, de esta manera,  a ser tolerantes con la frustración y estimular el esfuerzo.

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