CENÁCULO 4º AÑO A

Testimonio de un alumno de 4º año:

Este año tuvimos el Cenáculo 10º  de Los Robles.
Fui procurando no tener ninguna expectativa porque no sabía qué iba a pasar. Tuve la suerte de poder ir a misionar anteriormente así que ya había tenido un encontronazo con Jesús, pero me interesaba saber qué era esto de lo que todos hablaban y que supuestamente te transforma.
Llegué asustado porque no sabía qué pensar, pero desde el comienzo intenté meterme a fondo y aprovecharlo porque eran sólo tres días y la tarea de reencontrarme con Dios y conmigo mismo era muy larga para el poco tiempo.
En el cenáculo me di cuenta de cómo era mi vida, y lo que estaba haciendo, como si estuviera viéndolo desde arriba, desde otra perspectiva, y me planteé si lo que estaba haciendo realmente me gustaba, si le gustaba a Jesús y si me llenaba espiritualmente y me hacía feliz.
Encontré las respuestas a muchas de mis preguntas, descubrí que Jesús sí puede ser el centro de la vida de todos, que Él está disponible para cada uno  y dispuesto a entrar, y lo más importante, que Él no me había abandonado sino que yo lo había dejado de lado a Él. Entendí que debía darle un Sí a Jesús; entendí lo importante que es estar verdaderamente dispuesto a dejar que Él entre en nuestras vidas como un amigo y no como un Dios que está lejos, en las nubes. Que debía estar dispuesto a animarme a dar ese Sí.
Volví con planteos muy grandes, quiero animarme a dar el Sí, pero sé que solo no puedo, que necesito de la oración y, más que nada, y lo que más me cuesta, creo que a todos, es la perseverancia para no volver a dejar de lado a Jesús, que está siempre dispuesto a acompañarnos en nuestra vida.